Por.- Felipe Adolfo Lemoine
Locutor y Comunicador Social
Montecristi, R. D.- “Cambio” no es una palabra simple y vacía que puede ser usada única y exclusivamente para referirse al resultado de la acción de poner a alguien en el lugar de otro.
El cambio es más que un “cliché político superfluo” para disfrazar una propuesta vacía que busca confundir a la población hablando de la necesidad de un cambio superficial.
El cambio es más que crear causas falsas y pregonarlas por todas las esquinas intentando hacer creer que es necesario cambiar aún en momentos en que los logros de una gestión marcan un antes y un después en nuestra historia como país.
El cambio se refiere a una alteración en el orden social, político y económico de una sociedad. Entonces, ¿por qué apoyar una idea de cambio que carece de razones y fundamentos, y propuesto por un grupo de personas que apuestan al desorden y al caos?.
La historia está ahí y no miente, hay momentos en los que es necesario un cambio, como por ejemplo el vivido durante el período 2000-2004, las condiciones actuales, por ningún lado que usted las evalúe, sugieren una opción diferente a decir: ‘sí a la continuidad’.
En lo político el cambio se produce cuando las razones para hacerlo son palpables, cuando el país camina rumbo al abismo; pero no en los momentos de mejor y mayor estabilidad como los vividos en los últimos 7 años.
El pueblo dominicano sabe que la continuidad es la garantía. El pueblo “en cambio no ‘ta” y “prefiere que sigan” aquellos que sí saben hacerlo bien.
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