Los invasores, como denominan a los mestizos no originarios de la zona, utilizan diferentes tipos de químicos para pescar chacalines o pepescas que luego usan como carnada o anzuelo, añadió Betts. |
La contaminación de las fuentes hídricas es una de las
principales conclusiones del estudio: “La pesca con veneno afecta a los
ecosistemas acuáticos y a la salud comunitaria en la Reserva Biológica Indio
Maíz, Nicaragua”, realizado por las comunidades Rama y Kriol, con la asistencia
de la organización Proyecto Tapir Nicaragua.
“El
74 % de los encuestados dijeron que (el uso de químicos para pescar) ocurre en
su comunidad y sólo lo practican las personas que invaden la reserva
ilegalmente”, explicó el investigador asociado a Proyecto Tapir, el biólogo
Joel Betts, al presentar el estudio.
“Está
pasando dentro de la reserva, pero hecho por la gente que está invadiendo desde
la frontera (agrícola)”, señaló.
AFECTA
SALUD PÚBLICA
Los
invasores, como denominan a los mestizos no originarios de la zona, utilizan
diferentes tipos de químicos para pescar chacalines o pepescas que luego usan
como carnada o anzuelo, añadió Betts.
Esta
es una práctica que tiene consecuencias directas sobre la salud de las
comunidades originarias de la zona, quienes han reportado afectaciones como
disentería, tos, confusiones y abortos, que atribuyen a la contaminación de los
ríos, advirtió el investigador.
“La
gente reportó que también le preocupa (enfrentar) problemas de salud a largo
plazo como cáncer y degradación del cerebro e infecciones de la piel”,
continuó.
Aseguró
que una menor, que estaba pescando, se tocó uno de los ojos y quedó ciega y
presumen sea por la contaminación del río.
Asimismo,
el especialista alertó que los químicos afectan la salud de los peces y los
crustáceos, a los insectos acuáticos y todos los organismos que viven en el
río, mismos que representan la base de la cadena alimenticia.
ESTADO
AÚN NO SE PRONUNCIA
La
investigación se realizó a ramas, creoles y mestizos que habitan en las
comunidades aledañas a los ríos ubicados en la reserva Indio Maíz, indicó el
investigador de Proyecto Tapir, Juan Mendoza.
Por
su parte, la secretaria del Gobierno Comunal Kriol de Greytown, Princess
Barberena, aseguró que los resultados de ese estudio ya fueron compartidos con
el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena), que de momento no
se ha pronunciado sobre esa denuncia.
Ese
gobierno comunal ha lanzado una campaña denominada “Por mi familia y comunidad
¡venenos en la pesca nunca más!”, cuyo fin es prevenir y tomar medidas para
contener la pesca con veneno.
Según
el Proyecto Tapir unas 30.000 hectáreas, que representan el 10% de la reserva,
se encuentran en manos de invasores.
Con
2.093 kilómetros cuadrados de extensión, la reserva biológica Indio Maíz
comprende seis municipios del departamento de Río San Juan y de la Región
Autónoma del Caribe Sur.
Es
el hogar de indígenas Rama y Kriol, así como de una amplia variedad de especies
representativos de la fauna centroamericana, algunas de ellas en peligro de
extinción como el Jaguar (Panthera onca), el Danto o Tapir (Tapirus bairdii) y
la Lapa Verde (Ara ambiguus).
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