Bomberos en Port Arthur miran al mar durante el atardecer a la espera de la llegada del huracán Laura. |
El huracán Laura azotó la costa del Golfo de México durante horas con fuertes vientos, aguaceros torrenciales y marejadas luego de tocar tierra en el suroeste de Luisiana, cerca de la frontera con Texas, en la madrugada del jueves, amenazando la vida de los que no se marcharon.
Las autoridades habían pedido a los residentes que se fuesen, pero no todos les hicieron caso en una zona que ya quedó devastada por el paso del huracán Rita en 2005.
Videos publicados en redes sociales mostraron como los vientos de Laura azotaban un edificio alto en Lake Charles, rompiéndole las ventanas mientras los vidrios y los escombros caían al suelo.
“Hay algunas personas que siguen en la ciudad y la gente está llamando (...) pero no hay forma de llegar a ellos”, dijo Tony Guillory, presidente del órgano de gobierno de la parroquia de Calcasieu, a primera hora del jueves por teléfono desde un edificio del gobierno en Lake Charles, que se remecía por la tormenta.
Guillory dijo que espera que quienes se han quedado varados puedan ser rescatados más tarde en el día, pero teme que las carreteras bloqueadas, los cortes en las líneas eléctricas y las inundaciones obstaculicen esas labores. Las autoridades explicaron que los operativos de búsqueda y rescate comenzarán cuando las condiciones lo permitan.
Con más de 290,000 viviendas y negocios sin electricidad en los dos estados, los constantes relámpagos eran la única fuente de luz para algunos.
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Laura ganó intensidad rápidamente antes de tocar tierra con vientos máximos sostenidos de 240 km/h (150mph), alrededor de la 01:00 CDT cerca Cameron, una comunidad de 400 habitantes de Luisiana ubicada a unos 48 kms (30 millas) de la frontera este de Texas, explicó el Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés).
“Las marejadas ciclónicas letales con grandes y destructivas olas causarán daños catastróficos”, advirtieron los meteorólogos, añadiendo que podrían alcanzar los 4,5 o 6 metros (15 o 20 pies) en Port Arthur, Texas, y en parte de Luisiana, incluyendo Lake Charles.
“Estas marejadas podrían penetrar hasta alrededor de 65 kms (40 millas) en el interior desde la línea costera, y las inundaciones no retrocederán del todo en varios días”, afirmó el NHC.
Horas después de tocar tierra, Laura seguía siendo un huracán de categoría 3 con vientos máximos sostenidos de 195 km/h (120 mph). Su centro pasó por Lake Charles, avanzado en dirección norte a unos 24 km/h (15 mph), pero con vientos peligrosos que se extendían sobre gran parte de Luisiana y del este de Texas.
En la parroquia de Cameron, el lugar donde impactó, las autoridades dijeron que al menos 150 personas se negaron a desalojar y tenían previsto enfrentar el huracán en casas elevadas o vehículos de recreo. El resultado podría ser catastrófico ya que los meteorólogos advirtieron que toda la comunidad podría quedar completamente cubierta por el agua del océano.
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